embriología general, que estudia el período inicial, y la embriología especial u organogénesis, que estudia el período funcional. La embriología general se interesa por el desarrollo de las células y los tejidos (citogénesis e histogénesis). Esta ciencia no observa únicamente las distintas formas que va presentando el ser vivo en el curso de su desarrollo, sino que también estudia las causas de la aparición de estas distintas formas, lo que se conoce por embriología causal o experimental. Para el estudio del desarrollo del ser vivo se requiere de la ayuda de instrumentos ópticos apropiados, por ello, a pesar de que ya desde antiguo existía curiosidad por este fenómeno, no fue posible un estudio en profundidad hasta el descubrimiento del microscopio óptico a finales del s. xvi y de las primeras técnicas histológicas. En 1759, G. F. Wolff, joven médico alemán, observó, examinando el desarrollo del pollo, que el ave adulta no preexistía bajo una forma minia-turizada en el huevo, sino que al contrario, la estructura del embrión surgía paulatinamente a través de una serie sucesiva de estadios a partir de un estadio inicial míiy simple. Wolff consideró la embriogénesis como una realización progresiva o epigénesis. Con el auge de las teorías evolucionistas del s. xix propuestas por Lamarck (1802) y Dar-win (1859), la embriología experimentó un rápido desarrollo. En el mismo siglo, Haeckel formuló la ley biogenética fundamental según la cual la ontogénesis recapitula la filogénesis; es decir, el desarrollo de un individuo resume las etapas evolutivas o la evolución de la especie a que pertenece.
